En la calefacción del hogar hay dos soluciones que cobran prioridad, los radiadores y el suelo radiante. Vamos a ver las diferencias entre ambos sistemas, para que puedas elegir mejor el que necesitas en tu vivienda.
Introducción a los sistemas de calefacción
Para empezar, debemos identificar los objetivos que se buscan con los sistemas de calefacción actuales:
- Máxima eficiencia energética: que sea un sistema sostenible y que ofrezca ahorro en el consumo.
- Fácil instalación: con la menor cantidad de obras que sea posible.
- Alta durabilidad: para que la inversión realizada sea lo más rentable posible a largo plazo.
- Bajo coste: obviamente el precio siempre es un factor determinante en cualquier sistema de calefacción.
Ventajas de utilizar radiadores en tu hogar
Los radiadores es uno de los sistemas tradicionales de calefacción más eficaces. Actualmente dispones de distintas opciones para personalizar al máximo su instalación a tu hogar y disfrutar de la temperatura que desees, aprovechando de paso algunas de sus muchas ventajas:
- Menor consumo: calientan de forma uniforme para alcanzar la mayor comodidad térmica posible.
- Sin ruidos: los sistemas actuales son totalmente silenciosos.
- Mínimo mantenimiento: la eliminación de filtros y piezas móviles ha maximizado su durabilidad.
- Máxima compatibilidad: aprovecha energía eléctrica, gas o incluso placas solares para tu calefacción con radiadores.
Beneficios del suelo radiante como alternativa
La alternativa a los radiadores que cobra cada vez mayor presencia en hogares de todo el mundo la representa el suelo radiante. Estas son algunas de sus mayores ventajas:
- Menor consumo: el gasto energético del suelo radiante es uno de los más limitados de todos.
- Mejor confort: gracias a una óptima distribución de la temperatura, pues toda la estancia se calienta de la misma forma, sin tener que situarte cerca del Split.
- Refrigeración opcional: disponible en los nuevos sistemas de suelo radiante.
- Máxima compatibilidad: también puede complementarse con placas solares y aerotermia.
- Mayor espacio útil: no requiere splits ni radiadores, así que no ocupa espacio en el hogar.
Tipos de radiadores y sus características
Hay muchos tipos de radiadores, pero una de las clasificaciones más conocidas es la relativa a su funcionamiento:
- Radiadores de agua: conectados al sistema de agua del hogar y fabricados en acero, aluminio o hierro fundido. Muy resistentes y de alta durabilidad.
- Radiadores eléctricos: conectados al sistema eléctrico del hogar, recomendados para zonas de clima templado y con control individual de cada sistema. Muy fáciles de instalar.
- Radiadores de baja temperatura: conectados al sistema de aerotermia del hogar. La solución más eficiente de todas y con el mínimo consumo.
Instalación y mantenimiento del suelo radiante
El suelo radiante se puede instalar de dos maneras:
- Suelo radiante por agua: funciona mediante una red de tuberías instalada por debajo del pavimento del hogar. Es más eficiente y requiere un mantenimiento mínimo.
- Suelo radiante eléctrico: funciona mediante resistencias eléctricas o cables calefactores. La inversión es mínima y la instalación más sencilla, pero a largo plazo tiene un mayor consumo energético.
Comparación de eficiencia energética entre radiadores y suelo radiante
Como podemos ver, hay muchos factores que pueden influir en la decisión de un sistema de calefacción.
Si nos ceñimos únicamente a la eficiencia energética, esta es la diferencia entre radiadores y suelo radiante:
El suelo radiante es más eficiente, sobre todo si se utiliza en superficies amplias. Se basa en temperaturas de agua más bajas que las que aprovechan los radiadores y, si se combina con bombas de calor, la eficiencia se multiplica.
Obviamente esto no los hace mejores. Lo ideal es personalizar el sistema de calefacción a las necesidades de cada hogar.
